jueves, 18 de febrero de 2016

211


Durante algunas ocasiones oí hablar a un armonio –
en la nave de cierta catedral;
no entendí ninguna de las palabras que dijo –
pero, durante ese tiempo, contuve la respiración –

Y tras levantarme – e irme de allí,
fui una chica más bernardina –
no obstante – sin saber qué me hicieron
en la nave de ese viejo templo.


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