sábado, 6 de febrero de 2016

173


Ella es nada – excepto para el cielo.
Está sola – excepto para los ángeles.
Es una flor superficialmente – abierta –
excepto para alguna abeja viajera.

Provinciana – excepto para los vientos –
Pasa sin ser notada, como un simple rocío
sobre la tierra –
excepto para las mariposas.

Es la más insignificante ama de casa
sobre la hierba.
No obstante, si la quitas de la pradera
alguien perderá el rostro
que hacía de la existencia – hogar –


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