domingo, 6 de marzo de 2016

259


Se ha detenido un reloj –
No el de la chimenea –
ni la más lejana destreza de Ginebra
puede poner a saludar a esta marioneta –
que en este mismo momento quedó inmóvil
y colgando –

Una sorpresa asaltó al adorno del reloj.
Las figuras numéricas doblaron su espalda –
con dolor –
Luego oscilaron fuera de los decimales –
dentro del mediodía carente de grados –

No irá a buscar un médico –
este péndulo de nieve –
Lo importuna el hombre del mercado –
mientras un frío – despreocupado No –

indica desde las doradas manecillas –
desde los delgados segunderos –
décadas de arrogancia
entre la vida del mecanismo interno del reloj –
y él –


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