La preocupación me ha
incitado – a una historia así –
Cómo cayeron los parientes –
hermanos y hermanas – que
prefirieron la gloria –
Su joven voluntad
se rebajó en el patíbulo, o –
cantó – en calabozos –
hasta el tiempo de la
plenitud de Dios –
cuando – sonriendo – dejaron
que se fuera la ignominia –
cuando la vergüenza calló –
Mi quejumbrosa fantasía me
conduce a cumbres imaginadas,
llevadas con presteza
por cabezas excluidas – en la
tierra de abajo –
Ese espíritu le hace a ella
mención perpetua
de los hombres de ese lugar –
de manera que yo – llena de
arrojo –
camine marcial – a mi
crucifixión –
Apenas las trompetas –
retumbaron –
han marchado en revolución –
pies pequeños
como los míos, firmes ante el
sonido del tambor –
Manos – no tan robustas –
enarbolaron las trompetas –
como testimonio – cuando el
habla se tornó muda –
Pueda que yo no dañe sus
sublimes conductas –
educada en el ingenio –
haciendo señas – una
invitación etrusca –
hacia la luz –
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