miércoles, 23 de marzo de 2016

307


Que una mujer – fuera – blanca –
era algo solemne – dije –
Y que yo llevara – si Dios no me considera apta –
el inmaculado misterio de ella –

Algo tímido – dejar caer una vida
en el pozo místico –
ya muy desplumada – para poder regresar –
la eternidad – hasta que –

ponderé cómo luciría la santidad –
y si podría sentirse tan grande –
cuando lograra tomarla de mi mano –
como suspendida – observada – entre la niebla –

Y después – la estatura de esta pequeña vida –
los entendidos – la llaman ‘pequeña’ –
se ensanchó – igual que horizontes – en mi pecho –
y yo me reí – entre dientes – “¡pequeña!”


No hay comentarios:

Publicar un comentario