De nuevo – su voz en la
puerta –
Siento la vieja reputación –
Lo oigo preguntarle a la
criada
por una mujer – igual a mí –
Tomo una flor –
para justificar mi rostro –
Él no me ha visto – en esta
vida –
Yo podría darle una sorpresa
a su mirada.
Atravieso el corredor con
pasos confusos –
Silenciosa – cruzo por la
puerta –
Miro todo lo que este mundo
contiene –
Sólo su rostro – nada más.
Conversamos con distracción –
y ansiedad –
una suerte de estrofa
emplumada –
Cada uno – haciendo cálculos
– con timidez –
A cuánta – precisa –
profundidad
había estado – el otro –
Damos un paseo – Dejo en casa
– a mi perro –
Una tierna – pensativa luna –
va con nosotros – solo
durante un fragmento del camino –
Y – luego – estamos solos –
Soledad – si es que los
ángeles están solos
la primera vez que
experimentan el cielo.
Soledad – si es que existen –
esas caras ocultas –
que no podemos identificar –
en las alturas.
Yo daría – la púrpura – de
mis venas –
por vivir esa hora – otra vez
–
Pero él debe contar las gotas
– sólo él –
mi precio por cada mancha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario