Para días tórridos – es más
fácil encontrar –
una amiga penumbrosa –
que una de temperatura más
alta
para la frígida – hora de la
mente –
Un poco al oriente –
la veleta asusta a las almas
de muselina –
¿Quién es el culpable si los
corazones de fino lienzo
son más firmes que los de
organdí?
¿El tejedor?
Ah, ese hilo que te extravía
en el camino.
El tapiz del Paraíso
está hecho – sin indicación
alguna.
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