La fe de un niño es nueva –
Completa – como su principio –
Amplia – como el amanecer
en unos ojos frescos –
Nunca ha tenido una duda –
Se ríe – ante un escrúpulo –
Cree que todo es simulación
excepto el Paraíso –
Le da crédito al mundo –
Considera a su dominio
la más grande las soberanías –
y en comparación –
al César – mezquino –
emperador sin fundamentos –
gobernador de nada –
aunque influyente en todo –
Cuando llega el momento
de decir que son errores
sus bellas estimaciones
acerca de cosas espinosas,
el niño logra la habilidad
tan lamentable – como certera –
de predecir – hombres
en vez de reyes –
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