lunes, 13 de febrero de 2017

745

Dulces montañas – ustedes no me mienten –
nunca me niegan – nunca se van volando –
Sus mismos ojos, invariables,
vuelven sobre mí – cuando desfallezco –
o comienzo a simular – o tomo los nombres
de la realeza en vano –
Ojos – de lejana – parsimoniosa –
mirada violeta –

Sigan queriendo, mis fuertes maddonas –
a esta monja que vaga por ahí – indigna
de toda colina –
y cuyo servicio – a ustedes –
es su último rito – cuando el día
elimina del firmamento –
el alzar sus cejas sobre las dulces montañas –



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