Hace una noche o dos
la luna solo era un puñado de oro –
Y ahora ella vuelve su cara perfecta
sobre el mundo de abajo –
Su frente es de amplia claridad –
Su mejilla – un berilo labrado –
Sus ojos son lo más parecido que yo haya visto
al rocío de verano –
Sus labios de ámbar nunca se apartan –
Sin embargo, ¿cuál debe ser la sonrisa
que ella podría conferir a su amiga
si esa fuera su voluntad plateada?
Y qué privilegio ser
al menos la estrella más alejada –
sólo por la certeza de que ella asumirá
su camino – junto a la puerta de tu palacio –
Su sombrero es el firmamento –
Sus zapatos – el universo –
Los adornos de su cinturón – las estrellas –
Azules – sus bombasíes –
No hay comentarios:
Publicar un comentario