No hay hombre que pueda llevar el compás
de una desesperación – como rodeando
un sendero sin punto de llegada –
El viajero procede
una milla a la vez, no más rápido –
inconsciente de la amplitud –
inconsciente de que el sol
se está posando sobre sus resultados –
Así de exacto es este hombre
en apreciar el sufrimiento
cuyo propio dolor – y su ignorancia de ese
dolor –
acaba de inaugurar – el ángel
que va de piloto, adelante de él –
No hay comentarios:
Publicar un comentario