domingo, 5 de febrero de 2017

714

No hay hombre que pueda llevar el compás
de una desesperación – como rodeando
un sendero sin punto de llegada –
El viajero procede
una milla a la vez, no más rápido –

inconsciente de la amplitud –
inconsciente de que el sol
se está posando sobre sus resultados –
Así de exacto es este hombre

en apreciar el sufrimiento
cuyo propio dolor – y su ignorancia de ese dolor –
acaba de inaugurar – el ángel
que va de piloto, adelante de él –



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