Yo podría ser suficiente para él, yo lo sabía –
y él – podría ser suficiente para mí –
aunque fracciones de duda – dos –
señalaban el infinito –
“Yo podría ser todo para ti”, replicó él
de repente – Mi sílaba se rebeló –
Fue un cara a cara – un forcejeo –
con la naturaleza –
Un cara a cara con Dios –
El sol se fue – a otros Oestes –
Se fue la estrella más lejana –
antes de que la decisión – se agachara –
y hablara – y su voz se hiciera oír.
La respuesta del mar
al recorrido de la luna –
ajusta sus mareas – en contra de la luna misma
–
¿Podría yo – hacer lo mismo –
con mi propia respuesta?
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