La naturaleza – es la madre más amable,
no pierde la paciencia por ninguno de sus niños
–
ni por el más débil – ni por el más díscolo –
Sus reprimendas son dulces –
Es oída – en el bosque – y la montaña –
por quien quiera que viaje –
mientras detiene a la ardilla rampante –
o al ave muy impetuosa –
Cuán cálida es su conversación –
una tarde de verano –
También su hogar – su asamblea –
Y cuando el sol desciende –
su voz entre las alamedas de los árboles –
motiva a la plegaria tímida
del grillo más pequeño –
de la flor más indigna –
Cuando todos sus niños duermen –
ella voltea la espalda
durante el tiempo suficiente para encender
sus lámparas –
En ese momento, inclinándose sobre el cielo –
con infinito afecto – y más infinita delicadeza
–
su dedo de oro sobre su labio –
quiere silencio – en todas partes –
No hay comentarios:
Publicar un comentario