domingo, 19 de febrero de 2017

767

Tenía una bendición sobre los demás,
inmensa a mis ojos,
tanto que dejó de hacer cálculos – satisfecha –
Porque esta medida hechizada –

era el límite de mi sueño –
el foco de mi plegaria –
una perfecta – paralizante benevolencia –
complacida en cuanto a desesperación –

No supe más de anhelos – ni de frialdad –
Ambos se convirtieron en fantasmas
Para este nuevo valor en el alma –
esta muy suprema suma terrena –

El cielo de abajo oscureció al cielo de arriba –
con un más rojizo azul –
Las latitudes de la vida se entregaron – totalmente –
El Juicio Final pereció – también –

Por qué la benevolencia se desembolsará
de manera tan parca –
Por qué el Paraíso tendrá aplazamiento –
Por qué nos van a servir las riadas – en cuencos –
No conjeturo más –



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