No pedí otra cosa –
ni otra cosa – fue negada –
Ofrecí mi ser – por aquello –
El poderoso comerciante miró con rencor –
“¿Un Brasil?” Se agarró un botón –
sin dirigir ni una sola mirada hacia mí –
“Excuse – madame - ¿no hay nada más –
que podamos mostrar – hoy?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario