Fue una larga despedida –
Sin embargo el tiempo de la gran conversación –
había llegado –
Los amantes incorpóreos se encontraron –
por segunda – y última vez –
ante el trono del Juicio de Dios –
Un Cielo en una mirada –
Un Cielo de Cielos – El privilegio
de los ojos del uno en los del otro –
No existía un tiempo límite de vida – en ellos
–
Estaban vestidos como lo nuevo,
como lo que va a nacer –
No obstante ellos se estaban viendo –
ahora – con un nacimiento más infinito –
¿Hubo alguna vez fiesta de bodas – como esta?
Un Paraíso – era el anfitrión –
Un querubín – y un serafín –
los humildes invitados –
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