Saber con exactitud cómo sufrió – sería
precioso –
Saber si estaban cerca de él algunos ojos
humanos,
a los cuales él pudiera confiar
su temblorosa mirada – hasta que ella se posara
cómoda – en el Paraíso –
Saber si él tuvo paciencia – o una parte de
sosiego –
Si estaba muriendo como él lo había planeado
o de un modo diferente –
¿Era un día grato para morir –
la luz del sol contemplaba el camino que él
emprendía?
¿Cuál fue su propósito más radical –
casa – o Dios?
¿Qué van a decir los lejanos –
cuando les den la noticia de que un día él cesó
en su naturaleza humana?
Si tuvo algún deseo –
tan solo su suspirar –acentuado –
hubiera sido legible – para mí –
Él tuvo confianza hasta
que el mal se sacudió – en el bien eterno –
Y si él habló – qué nombre pronunció mejor –
Cuál fue el último –
Cuál no terminó de pronunciar
en el instante de máximo cansancio –
¿Estaba inquieto – o tranquilo –
ante la duda de si sería capaz de saber
cómo podría – crecer la conciencia consciente –
hasta que el amor que esa consciencia era –
y el amor excesivamente adecuado para llegar
a ser – se encontrarán –
y esa conjunción fuera eternidad?
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