lunes, 25 de abril de 2016

381

No puedo danzar sobre las puntas de los pies –
Nadie me instruyó –
Pero con frecuencia, en medio de la mente,
me posee una alegría

tal que si tuviera conocimientos de ballet –
podría exhibirse
en pirueta que haría palidecer a una tropa de bailarines –
enloquecer a una Prima Donna,

Y aunque yo no tenga traje de tul –
ni tirabuzón en el cabello,
ni dé saltos con una garra en el aire –
para públicos – como pájaros –

ni ponga a mecer mi figura en pelotas de pelusa,
ni ruede en bolas de nieve
hasta perderme de vista, haciendo mucho ruido,
el teatro me pediría que repitiera el espectáculo –

Aunque nadie sepa que conozco el arte
mencionado por mí – tan fácilmente – aquí –
pese a que ninguna placa me rinde honores –
este arte es tan pleno como la ópera –


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