sábado, 30 de abril de 2016

395

El rostro que voy a cargar – el último –
cuando esté fuera del tiempo –
para asumir mi rango – allá – en el Oeste –
ese rostro – será justamente el tuyo –

Lo pondré en manos del ángel –
Él – Señor – era mi reputación –
en reinos – acerca de los cuales – posiblemente –
has oído referirse a los resucitados.

Él tomará el rostro – lo examinará – se apartará –
Retornará – con una corona
como ninguna de las que provocó piruetas del arcángel –
y rogará que me la ponga –

Y después – él me dará vueltas y más vueltas –
ante la admiración del cielo –
como a uno que rindió realeza suficiente –
ante el nombre de su amo.


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