Una procesión atravesó cierto
cancel del cementerio.
Un pájaro apareció y cantó,
y trinó, y tembló, y sacudió
su garganta
hasta que resonó en todo el
camposanto.
Después arregló sus pequeñas
notas,
se inclinó y cantó de nuevo.
No hay duda, concebía como
propio de él
decirles adiós a los seres
humanos.
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