domingo, 15 de mayo de 2016

440

Había – estado – lejos de casa – durante años –
Y ahora – delante de la puerta –
No me atrevía a abrir – para evitar que una cara
A la cual nunca antes había visto

Mirara sin descanso mi propia cara –
Y preguntar por mi propósito en ese lugar –
Mi propósito era – solo una vida que dejé –
¿Vivía ella – aun allí?

Busqué a tientas mis nervios –
Examiné con gran cuidado las ventanas –
El silencio – rodó como un océano –
Y empezó a romper contra mis oídos –

Reí con una sonrisa de madera –
Cómo era posible – que yo tuviera miedo de una puerta –
Yo que había encarado – al peligro – y a los muertos –
Sin embargo nunca – antes había temblado –

Apreté mi mano – al picaporte –
Con una temblorosa precaución –
Para evitar que la horripilante puerta se volviera
Atrás con un salto – y me echara por el suelo –

Retiré mis dedos con cautela de cristal –
Y puse en alerta a mis oídos – y como un ladrón
Salí sigilosa – ansiosa – de esa casa.



No hay comentarios:

Publicar un comentario