viernes, 27 de mayo de 2016

478

¡Solo una vez! ¡Solicitud mínima!
¿Podría, diamantina, rechazar –
Una gracia – tan pequeña – apenas planteada –
Tan agónicamente urgida?

No podía ser un dios de pedernal –
Consciente de un suspiro –
Cuando debajo de su cielo – resonó frágil –
“¡Solo una vez!”
¡Dulce divinidad!




No hay comentarios:

Publicar un comentario