Me formé a mí misma – como
carpintera –
Aquella fue una época sin
mayores ambiciones.
Mi cepillo y yo trabajábamos
en equipo
Antes de que llegara cierto
constructor –
A medir nuestros logros –
A comprobar si poseíamos
suficientemente desarrollado
El arte de las tablas –
Podía contratarnos, pero a
medias –
Mis herramientas asumieron
rostros – humanos –
La banca en la que habíamos
trabajado con denuedo –
Estaba persuadida contra el
hombre –
“Nosotros – construimos
templos” – dije –
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