Habíamos avanzado mucho en
nuestro viaje –
Nuestros pies casi estaban
llegando
A esa extraña bifurcación en
el camino del ser –
Que tiene por nombre –
eternidad –
Nuestro paso se llenó de un
repentino temor –
Nuestros pies continuaron –
aunque reacios –
Adelante – se encontraban las
ciudades – pero
En medio – estaba el bosque
de los muertos –
Devolvernos – estaba fuera de
toda esperanza –
Atrás – solo una ruta sellada
–
Adelante – la blanca bandera
de la eternidad –
Y Dios – en todas las puertas
–
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