El mundo se siente cubierto
de polvo
Cuando nos detenemos para
morir –
En ese momento – queremos el
rocío –
Los honores – tienen un sabor
seco –
Las banderas – vulneran a un
rostro moribundo –
Sin embargo, el abanico más
pequeño
Sacudido por una mano amiga –
Refresca – como la lluvia –
Cuando llegue tu sed
Que sea mío el ministerio –
Ir en pos de rocíos de
tesalia –
Y bálsamos de hibla –
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