domingo, 15 de mayo de 2016

439

Había tenido hambre durante tantos años –
Había llegado mi mediodía – para comer –
Temblando me acerqué a la mesa –
Y toqué el curioso vino –

Eso fue lo que vi sobre las mesas –
Cuando regresé hambrienta a casa
Buscaba en la despensa la riqueza
Que no podía anhelar para mí –

No reconocí al pan generoso –
Era tan poco parecido a la migaja
Que los pájaros solían compartir conmigo, a menudo,
En la mesa del comedor – de la naturaleza –

La abundancia me hizo mucho daño –
Era tan nueva para mí – que me sentí enferma –
Y extraña – como la baya de un arbusto montaraz
Trasplantado – al camino –

Ya no tenía hambre –
Así descubrí que el hambre – es una característica
De personas que están fuera de la despensa –
Y que el entrar en ella – lo quita –



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