¿Te arriesgas a observar a un
alma en la calidez blanca?
Entonces acurrúcate a la
puerta –
La tinta habitual del fuego
es – roja –
sin embargo, cuando el
mineral avivado
logra satisfacer las
condiciones de la llama –
ella misma sale temblorosa de
la forja
sin otro color que la luz
de una brasa nunca ungida –
La aldea más humilde exhibe a
su herrero –
cuyo permanente sonido de
yunque
es el símbolo de la forja más
fina,
que golpea con fuerza – hacia
adentro –
refinando a estos impacientes
minerales
con martillo y llama
hasta que una luz adecuada
las repudia –
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