Son de tribulación aquellos
a quienes denota el blanco –
Un rango menor – de
triunfadores –
a quienes designan los trajes
de lentejuelas.
Unos y otros – lograron su
conquista –
Sin embargo quienes
vencieron, la mayoría de las veces –
no van vestidos con nada más
común que nieve –
con ningún adorno distinto de
unas palmas –
La rendición – es una suerte
desconocida –
en este territorio superior –
La derrota – una angustia
superada –
que suele recordarse como la
milla
que nuestros jadeantes
tobillos acababan de cruzar –
justo cuando la noche devoró
el camino –
Sin embargo nosotros –
permanecimos en la casa
hablando entre dientes – “Nos
salvamos”
fue todo lo que dijimos.
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