miércoles, 13 de abril de 2016

353

He sido transferida – Ya no pertenezco a ellos –
El nombre que ellos, con agua, me arrojaron a la cara
dentro de la capilla aldeana
ahora ha dejado de ser útil.
Pueden ponerlo junto a mis muñecas,
mi infancia y la cadena de carretes
que también dejé de – enhebrar –

Antes, bautizada sin elección,
pero esta vez bautizada conscientemente,
de gracia – al más supremo nombre –
Llamada a mi plenitud – la media luna cayó –
Se colmó el arco entero de la existencia
con una – pequeña diadema –

Coronada en mi segundo rango –
El primero demasiado pequeño –
Cantando victoria – sobre el pecho de mi padre –
Una casi inconsciente reina –
Pero esta vez – adecuada – erguida,
Capaz de elegir
o de rechazar.
Y elijo, justamente, una corona –


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