Mejor – que la música.
Porque yo – que lo oí –
estaba acostumbrada – antes –
a los pájaros –
Esto – era diferente – Era la
traducción –
de todas las canciones que yo
conocía –
Y era más –
No tenía el contenido – de
una estrofa cualquiera –
Nadie lograría interpretarlo
– por segunda vez –
Sin embargo, que el
compositor – Mozart perfecto –
aniquile con él – esta rima
sin clave.
del mismo modo – cuando a los
niños –
se les narra que los arroyos
del Edén – burbujeaban –
Curiosamente deducen – una
melodía mejor –
La gran rendición de Eva
induciendo a unos pies –
que no – se arriesgaban – a
volar –
Niños – un poco mayores – son
más sabios – la mayoría –
el Edén – es para ellos una
leyenda – vagamente narrada –
Eva – y la angustia – un
cuento de la abuela –
Sin embargo – yo estaba
hablando de cierta música –
que oí –
No es la clase de acorde –
que la iglesia – bautiza –
una vez el último santo – ha
llegado a los pasillos –
Es el tipo de estrofa que no
parte en dos al silencio –
cuando la redención ha tocado
las campanas
de esa misma música –
Que yo no derrame –
tarareando – su más pequeña
cadencia – debido a mi
promesa –
cuando esté sola, tarareando
–
hasta que mi fatigosa
práctica –
entre en las mismas
tonalidades – alrededor del trono –
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