domingo, 24 de abril de 2016

378

Mejor – que la música.
Porque yo – que lo oí –
estaba acostumbrada – antes – a los pájaros –
Esto – era diferente – Era la traducción –
de todas las canciones que yo conocía –
Y era más –

No tenía el contenido – de una estrofa cualquiera –
Nadie lograría interpretarlo – por segunda vez –
Sin embargo, que el compositor – Mozart perfecto –
aniquile con él – esta rima sin clave.

del mismo modo – cuando a los niños –
se les narra que los arroyos del Edén – burbujeaban –
Curiosamente deducen – una melodía mejor –
La gran rendición de Eva induciendo a unos pies –
que no – se arriesgaban – a volar –

Niños – un poco mayores – son más sabios – la mayoría –
el Edén – es para ellos una leyenda – vagamente narrada –
Eva – y la angustia – un cuento de la abuela –
Sin embargo – yo estaba hablando de cierta música –
que oí –

No es la clase de acorde – que la iglesia – bautiza –
una vez el último santo – ha llegado a los pasillos –
Es el tipo de estrofa que no parte en dos al silencio –
cuando la redención ha tocado las campanas
de esa misma música –

Que yo no derrame – tarareando – su más pequeña
cadencia – debido a mi promesa –
cuando esté sola, tarareando –
hasta que mi fatigosa práctica –
entre en las mismas tonalidades – alrededor del trono –


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