Cuando estemos sobre las
cimas de las cosas –
y miremos hacia abajo, todo
el humo
que se ha apartado – como los
árboles –
y miremos a los espejos – que
apenas dan luz –
en la escena –
ni una sola alma va a
pestañear,
salvo porque tenga alguna
imperfección –
permanecerán – los sensatos –
como las colinas –
pues ni siquiera un rayo
puede alejarlos –
Los perfectos no tendrán
miedo, en ninguna parte –
Llevan su inconmovible cabeza
donde otros no se arriesgan a
ir ni a mediodía;
Protegidas por sus obras –
las estrellas
se atreven a brillar de vez
en cuando
sobre un mundo manchado –
y los soles caminan con más
seguridad,
porque resistieron a su
prueba como si fuera un eje –
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