jueves, 28 de abril de 2016

388

Aquello – nunca más sería compartido – dije –
Comenzaba – la divergencia –
Se había presentado – más de una amargura –
Sin embargo aquella antigua cosa – había terminado –

Si alguna vez aparece – lo hará, sin duda –
durante la más tersa – mañana –
tuve tanta felicidad – durante todos los años –
que – dije – aquello propiciaría un dolor – más fácil –

Tuve tanta dicha – que la sentí publicada –
por el rojo sobre mis simples mejillas –
Y lo dije – desde mi punto de vista –
Era inútil – decir algo –

Anduve como si mi cuerpo – portara alas –
Los pies – que acostumbraba usar –
eran ahora – innecesarios – para mí –
Como las botas – lo serían  - para los pájaros –

Puse todo mi placer afuera –
Le repartí una palabra de oro
a cada criatura – que me encontré –
Y doté – al mundo entero –

De repente – mis riquezas se redujeron –
Un duende – bebió mi rocío –
Mis palacios – se desplomaron deshabitados –
Yo – también – caí en la ruina –

Me aferré a los sonidos –
Busqué a tientas entre las formas –
Toqué las superficies de las membranas –
Sentí que el yermo se echaba hacia atrás
siguiendo mis líneas doradas –

La arpillera – cuelga el vestido
que yo acostumbraba llevar – en el clavo –
¿No obstante, dónde está mi momento de brocado –
mi – gota – de India?


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