Sé que él existe.
Ha ocultado su extraña vida
De nuestros vulgares ojos
En algún lugar – en silencio
–
Lograr que la felicidad
Se gane su propia sorpresa
Es juego de un instante –
Es una afectuosa emboscada –
Pero – si el juego
Resultara dolorosamente serio
–
Si la dicha – se volviera de
vidrio –
En la rígida – mirada – de la
muerte –
¿No parecería la diversión
En exceso costosa?
¿No se habría arrastrado la
broma –
Demasiado lejos?
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