Puso el cinturón alrededor de
mi vida –
oí el golpecito de la hebilla
–
y él volvió la espalda,
imperial,
haciendo pliegues con mi
tiempo vital –
Deliberadamente, como un
duque podría firmar –
el título de propiedad de un
reino –
De aquí en adelante – soy una
persona delicada –
miembro de la nube –
Sin embargo, no muy lejana
para atender al llamado –
para hacer los pequeños
esfuerzos
que hacen los demás y su
grupo cerrado –
para distribuir sonrisas
ocasionales
a vidas que se agachan si
quieren saber de mi vida –
y de manera amable le piden
que entre –
¿Sabes por quién debo
declinar
la invitación de esas vidas?
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