sábado, 9 de abril de 2016

342

Los hombres y las pléyades pasan muy desapercibidos
hasta que un impensado cielo
revela el hecho de que cada uno fue raptado
de la vista, para siempre –

Miembros de lo invisible
que existen solo mientras miramos fijamente,
en ocasiones con leguas que no se pueden rebasar,
como el aire –

¿Por qué no impedimos que se fueran?
Los cielos, con una sonrisa,
rozan nuestras decepcionadas cabezas,
y no dicen ni una sílaba –


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