miércoles, 13 de abril de 2016

352

Nos dejan con el infinito.
Pero el infinito – no es un hombre –
Sus dedos tienen el tamaño de puños –
Sus puños tienen el tamaño de hombres –

Y quien esté formado por él
se levantará con su brazo como el Himalaya –
suspendido ligeramente en su mano
el sempiterno zapato de Gibraltar.

Así pues, camarada, confía en él –
Tú por ti y yo – por mí y por ti.
La eternidad es amplia,
y muy veloz si es verdadera.


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