La luna está distante del mar
–
Y sin embargo, con manos de
ámbar –
ella lo guía – dócil, como a
un niño –
a lo largo de arenas
prefijadas –
Él nunca falla ni un paso –
obediente al ojo de ella –
Avanza justamente – hacia la
ciudad –
o justamente – retrocede –
Señor: tuya es la mano de
ámbar –
y mío – el lejano mar –
Estoy presta a obedecer al
más mínimo mandato
que tus ojos me impongan –
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