Esas bellas – ficticias
personas –
Las mujeres – arrancadas
De nuestro habitual curso de
vida –
Los hombres de marfil –
Esos muchachos y muchachas de
la pintura –
Están en la pared
Eternamente como recordatorio
–
¿alguien sabe de qué?
Confiamos – que se encuentren
en lugares más perfectos –
Herederos de un placer
Por encima de nuestra débil
conjetura –
De nuestra confusa estimativa
–
Recordándonos, confiamos –
Sin embargo, más felices –
que nosotros –
Porque conocen – donde
nosotros solo esperamos –
Porque reciben – donde
nosotros – solo pedimos –
También anticipándonos –
De expectación –
Con un arrobamiento que
podría ser dolor
De no ser por la santidad –
Todos ellos – a quienes
admitimos en nuestra casa –
Nos consideran – como
exiliados –
Gracias al delicado milagro
de la muerte –
El camino por el cual
nosotros tenemos que llegar –
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