jueves, 14 de abril de 2016

356

Si vinieras en otoño
barrería el verano
un poco con sonrisas, con indiferencia,
o con una mosca,
como las amas de casa.

Si pudiera volverte a ver dentro de un año
desmenuzaría los meses en pequeños grumos –
y los pondría entre cajones separados,
por miedo a confundir las cifras –

Si te demoraras tan solo unos siglos
los contaría con la mano, restando,
hasta que mis dedos se desplomaran
en las tierras de Van Dieman.

Si tuviera certeza de cuándo concluirá esta vida –
que debería ser tuya y mía –
la lanzaría lejos, como se arroja una cáscara,
y tomaría la eternidad –

Pero ahora, sin seguridad de la duración
de esto que se halla en medio de nosotros,
es esto quien me hunde su aguijón,
Como la abeja duende –
no reconocerá – que ha picado.


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