lunes, 1 de febrero de 2016

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¿”Sembrado en deshonor”?
Ah, por supuesto.
¿Alcanza esto a ser deshonor?
Si fuera yo misma tan solo la mitad de lujosa,
a nadie le prestaría atención.

¿”Sembrado en corrupción”?
Por supuesto que no.
El apóstol se queda corto.
La Primera Carta a los Corintios, 15 narra
una circunstancia – o dos. 

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