martes, 2 de febrero de 2016

159


Ella se fue, como el rocío,
desde una flor acostumbrada.
Volvió, no como el rocío,
a la hora de costumbre.

Ella cayó suavemente, como una estrella,
desde la víspera de mi verano –
con habilidad menor a la de Le Verriere.
Algo más doloroso de creer.

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