A causa de esta – respiración
aceptada –
por entre ella – compito con
la muerte –
Mi compañero no puede tocar
esta corona –
Por ella – asumiría mi título
–
Ah, qué monárquica
consideración
se inclinó un día – ante mi
necesidad.
No puede existir – un páramo
donde ella me acompañe –
ni un desierto mediodía –
ni un miedo de hielo por
venir
que rodee el perenne
florecimiento –
Excepción hecha de un cierto
junio.
Haz que el arcángel –
profiera – la sílaba
de la realeza –
Haz que los santos – con una
nueva –
insegura lengua –
digan cuál trance aquí,
abajo,
el mejor, el digno de la
corona,
podría exhibirse más como su
gloria –
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