Él olvidó – y yo – recordé –
Era un evento de todos los
días –
Como hace mucho tiempo,
cuando
Cristo y Pedro – se abrigaban
en el fuego del templo.
“¿Tú también estabas con él?”
– preguntó la damisela.
“No” – respondió Pedro – “no
era yo” –
Jesús, después, tan solo miró
a Pedro –
¿Podría yo hacerte algo –
distinto?
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