Piso con más suavidad donde
he perdido –
Planto una dulce flor de
arrayán
propia de jardín –
Me detengo sobre aquella desaparecida
cabeza
y lloro.
Cuido piadosa a quienes he
perdido
del acento áspero o de la
implacable palabra –
sintiendo como si oyera su
almohada,
aunque sea de piedra.
Sabrás que he perdido
por un sombrero negro – una
oscura sobrepelliz –
un pequeño temblor en mi voz
como este.
La gente sabe por qué he
perdido,
pues, ataviada con ropas de
la más pura nieve,
la felicidad más cercana se
fue para su casa
hace ya un siglo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario