sábado, 27 de febrero de 2016

238


Cuántas veces se han detenido estos humildes pies –
Sólo la boca que ha sido soldado puede decirlo –
Intenta – a ver si puedes mover el horrible remache –
Intenta – a ver si logras levantar los herrajes de acero.

Acaricia la frente fría – que muchas veces estuvo caliente –
Si quieres – eleva el cabello desdeñoso –
roza los dedos de diamante
que nunca – más – empuñarán un dedal –

Zumban las moscas aburridas en la ventana de la habitación.
El sol resplandece, valiente, a través del cristal manchado –
La telaraña – sin temor – se balancea desde el techo –

Indolente ama de casa – yace – entre margaritas. 


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