Si refuerzo el broche más sólido
–
a una flor – a una carta,
a un ágil amor –
en las alturas –
el final es seguro –
Qué importa mi jadeante
yunque.
Que importa el reposo.
Qué importan las caras
negruzcas
que laboran con esfuerzos en
la forja.
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