La abeja no me tiene
miedo.
Conozco a la mariposa –
Los hermosos habitantes
de los bosques
me reciben cordialmente –
Cuando vengo
los arroyos se ríen con
más fuerza –
las brisas juguetean
alocadas.
¿Por qué tu neblina de
plata, mirada mía;
por qué, día de verano?
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