Ofréndame el atardecer en una
copa –
Mide las jarras de la mañana
y dime cuántas tienen rocío.
Cuéntame hasta dónde salta el
amanecer,
y cuándo se va a dormir la
hilandera
que tejió las amplitudes del
azul.
Escríbeme cuántas notas
melódicas habrá
en el nuevo éxtasis del
petirrojo,
entre ramas atónitas.
Cuántos viajes realiza el mújol
–
Cuántas copas comparte la
abeja –
esa adicta a los rocíos.
Así mismo - ¿quién le puso
los estribos al arcoíris?
También - ¿quién conduce las
dóciles esferas
por entre mimbres de flexible
azul?
¿De quién son los dedos que
incrustan la estalactita?
¿Quién lleva la cuenta de las
conchas de la noche,
para estar seguros de que no
debemos ninguna?
¿Quién construyó esta pequeña
casa albana
y cerró de tal manera las
ventanas
que mi espíritu ya no puede
ver?
¿Quién me permitirá salir en
un día de gala
con implementos para volar
abandonando toda pomposidad?
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