¡Un día! ¡Auxilio!
¡Auxilio!
¡Otro día!
Tus plegarias –
transeúnte.
A partir de una bala tan
común como esta
podría ocurrir una
victoria.
Por órdenes así de
simples
se mecieron las banderas
de las naciones.
¡Tranquila – alma mía!
¡Cuántas soluciones dependen
de tu flecha!
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