Dentro de esta habitación
interior
existe algo aún más
sereno que dormir.
Porta una diminuta rama
sobre el pecho –
y no dirá su nombre.
Algunos lo tocan, algunos
lo besan –
Otros escaldan sus manos
ociosas –
Posee una gravitación
elemental
que no entiendo.
Si estuviera en el lugar
de ellos, no me lamentaría –
Cuán indecente sollozar.
Asustaría al hada
tranquila
hasta hacerla regresar al
bosque donde nació.
Mientras los vecinos de
sencillo corazón
conversan acerca de
quienes murieron pronto –
nosotros – adeptos a la
perífrasis,
opinamos que los pájaros
han huido.
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